La figura del gerente es imprescindible para conducir al éxito una empresa; es el capitán a timón y es la persona encargada de administrar y garantizar la consecución de los logros de las empresas.
Entre sus tareas, se encuentra la utilización eficiente de los recursos de la empresa para obtener los beneficios y los objetivos empresariales. Además de un importante componente de organización, la persona gerente debe tener la capacidad de liderar y dirigir equipos de trabajo, con habilidades como la inteligencia emocional, el liderazgo, el conocimiento, la capacidad de delegar y la adaptabilidad. Además, tiene que ser el responsable de la rentabilidad de recursos, la búsqueda de oportunidades en el mercado, y ser el principal representante de la empresa.
¿Cómo evaluar el desempeño gerencial?
Según el experto en gestión de organizaciones y management austríaco, Peter Drucker, la evaluación del desempeño de un gerente o jefe debe pasar por dos conceptos:
La eficiencia.
En este caso, valoramos el “hacer las cosas bien”, es decir, obtener los resultados compatibles con los recursos que se han utilizado.
Una empresa que demanda mayores recursos de los que tiene (personas, tiempo, dinero, etc.) para lograr sus objetivos, denota mala eficiencia, ya que, tendría que lograrlos con una mejor organización.
La efectividad.
Valoramos el “hacer las cosas que se deben hacer”, es decir, escoger los objetivos apropiados de la empresa, según los recursos que cuenta.
Una empresa que no consigue los objetivos de los que está capacitada denota una mala gestión; puede que haya sido efectivo en su tarea, puesto que ha hecho una faena “bien hecha”, pero no eficiente.
La eficacia.
Es decir, hacer las cosas correctas. En este caso, nos referimos a hacer las cosas que que mejor nos llevan a lograr mejores resultados. En este aspecto, consideramos las cosas que se hacen para alcanzar los objetivos empresariales.
Para determinar el nivel de desempeño de un o una gerente jefe debemos desgranar todas sus funciones, para así poder considerar cada tarea. Evaluar la eficiencia de un jefe o gerente de una empresa tan solo por la rentabilidad empresarial, es un error frecuente.
En el aspecto financiero, también se debe considerar la gestión de los activos, el cuidado del capital y su retorno, el endeudamiento, las tasas de interés y la salud financiera estructural. Pero también se deben tener en cuenta aspectos como la organización, el conocimiento de la propia empresa y sector, la gestión del talento humano, el clima laboral, la comunicación, … entre muchos otros aspectos que derivan de su abanico de funciones.